16.
Trabajaba tanto y nunca tenía recompensas, más que el día a día. Fue triste cómo le cambiaron una estabilidad económica por miles de experiencias artísticas que ni era lo que deseaba, sólo porque las otras tenían envidia y, en vez de aplicar la ley, anteponían el sexo. Un día estalló y siguió una vida quizás inestable, pero al menos, feliz, y si ganaba dinero con ello, ¿qué había de malo?
Supo qué no tendría la vida que deseaba porque no era guapa, incluso accedió a perder parte de su belleza momentáneamente para que otras dejasen de molestarle. Eliminó a cientos de personas en su vida, y no entendía por qué ese hombre que ser creía tan guapo se metía en su vida cuando ella ni lo aceptaba (si ya había encontrado a sus ideales y no era él, ¿por qué no se iba con otra/s abiertas?). Y, aunque ya sabe que no se casará ni tendrá esos hijos guapos con esos hombres con peor gusto, al menos tiene una vivienda, un gato, cerebro y sueños, y objetivos que cumplir.
Y aunque el mundo no sea lo que quiere, siempre seguirán existiendo esos cuentos, personajes, cosas y personas interesantes.
Comentarios
Publicar un comentario