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Mostrando entradas de octubre, 2024

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Trabajaba tanto y nunca tenía recompensas, más que el día a día. Fue triste cómo le cambiaron una estabilidad económica por miles de experiencias artísticas que ni era lo que deseaba, sólo porque las otras tenían envidia y, en vez de aplicar la ley, anteponían el sexo. Un día estalló y siguió una vida quizás inestable, pero al menos, feliz, y si ganaba dinero con ello, ¿qué había de malo? Supo qué no tendría la vida que deseaba porque no era guapa, incluso accedió a perder parte de su belleza momentáneamente para que otras dejasen de molestarle. Eliminó a cientos de personas en su vida, y no entendía por qué ese hombre que ser creía tan guapo se metía en su vida cuando ella ni lo aceptaba (si ya había encontrado a sus ideales y no era él, ¿por qué no se iba con otra/s abiertas?). Y, aunque ya sabe que no se casará ni tendrá esos hijos guapos con esos hombres con peor gusto, al menos tiene una vivienda, un gato, cerebro y sueños, y objetivos que cumplir. Y aunque el mundo no sea lo que

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Pensó que, si era rica y millonaria, sólo la querrían por dinero, sus pertenencias y todo lo que podía pagarles. Decidió empobrecerse, para ganar el corazón, renunciando a lujos, regalos, prendas, cirugías, viajes, excesos... Pero nadie la aceptaba, menos sin dinero, y vio que, aparte de no ser correspondida, no podía llevar esa vida que deseaba, ya que tampoco conseguía buenos trabajos, ni sueldos adecuados, ni llevaba las prendas que deseaba, ni podía hacer y tener lo que quería...

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Estaba embarazada, ya eran los 8 meses y medio, y en el día de la rotura de aguas, minutos antes, él le comunicó que llevaba tres años con otra y que no iba a continuar con ella, que él no era quién quería el hijo que iba a nacer y que no le importaba si tiraba o guardaba sus cosas, porque ya tenía otras en casa de ella.

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Ella le recordaba y lloraba esperando su vuelta, anhelando volver a sentirse deseada y querida por él, sentir su deseo y amarse mutuamente, mientras él estaba con otra, la que le lamía, besaba, se metía el pene en sus orificios, le hacía todo lo que pedía sexualmente con tal de complacerle... 

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Le diagnosticaron una enfermedad terminal. Su único deseo era seguir con ella, a su lado, pero se olvidó que ella quería tener una vida más allá de estar con él, y no pudo permanecer sólo a su lado ni estar hasta el último momento para despedirse.

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Sí, muy bien al principio, la pareja perfecta, guapos, queridos, ricos... Y sí, tuvieron hijos, pero a los 10 años ella pensaba que se había casado con una persona con discapacidad y él ni la veía guapa ni la deseaba...

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Educada para servirle y hacerle de todo. Desde pequeña, su padre y su familia ya le habían enseñado que ella debía obedecer siempre al hombre, sus deseos, complacerlo, soportarlo y tolerar. Nunca callar ni decir nada, siempre tolerar. Aprendió a leer y pocas cosas más, algunos números, lo justo, y sí a cocinar, llevar la casa, no criticar y estar actualizada en todo lo relativo a belleza (ya se habían asegurado de que siempre hiciese trabajos de belleza). Siempre la considerarían así, porque ella nunca desobedecería, ni criticaría, ni llevaría la contraria a los hombres, y siempre sería la más fiel sirvienta de su marido.  La vendió con 15 años aunque no sé casó hasta los 18 años, él unos 20 más, y ya le aseguró que no sería nunca madre. La tenía siempre en casa, limpiando y cocinando, con los canales que él supervisaba para que ella pudiese ver la televisión, así como cadenas de radio. Le hacía hacer todo lo que quería y más, y ella nunca se quejaba. Incluso la prestaba a amistades pa

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Dementes, pero no sólo esos adultos por lo menos infectados mentalmente, sino también esos menores con perfiles pornográficos que jugaban a provocar e incluso maltratar adultos sexualmente, y no siempre se denunciaba.

8.

Acuérdate de todo el tiempo que soñabas con el príncipe azul, pensabas con tu amor de estudios, fantaseabas con ese hombre que acababa de conocer...y, mientras sentías y esperabas, él estaba con una, con otra, a las cuales les daba igual respetar si había alguien más o no, y hasta les daba igual quedarse embarazada, fingiendo muchas veces, que no lo esperaban...

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Perfecto. Era perfecto. Guapo, deportista, intelectual, inteligente, cooperativo, sano, limpio, cuidadoso, habilidoso.  Era un imán para las mujeres. Un chico popular, decían. Con ella, bien. Una cena, una película y una invitación a quedarse a dormir un viernes por la noche. Hasta que le bajó los pantalones, y no le gustó nada de lo que vio... El tamaño no importaba, pero la belleza de su miembro le resultó insulsa, poco atrayente, aburrida...y decidió volver a casa, excusándose de un dolor de cabeza irremediable. Y no le volvió a coger el teléfono. Él, dijo que era lesbiana. Ella, asistió a terapia y, posteriormente, encontró un nuevo amor, masculino, con un miembro viril más de su gusto, que le complacía y hacía feliz.

6.

Fue muy bonito hasta que enfermó. Ya con la salud mental dañada, no le servía, pero el dinero, sí. ¿Para qué divorciarse, si la vida lujosa era mejor? Se podía permitir pagar los cuidados, y disfrutar de amantes y aventuras extra...con su dinero... Y un día, decidió ingresarlo, en un centro especializado, y nunca volvió a verlo, hasta el funeral.

5.

Le intentó dar todo lo posible, desde los sentimientos positivos de amor, la ilusión, la gloria y la fama, hasta la creación de mundos perfectos para ambos desde un punto de vista realista. Intentó conseguirle de la mejor forma, dulce, elegante, divertida, inocente, algo salvaje...para que él estuviese con ella. Creó historias, vidas, estilos, objetivos, sueños posibles... Y sí, hubo una respuesta, triunfo, logros, realización, felicidad, correspondencia, mutualidad y "regalos", por triplicado. Sólo que todo aquello que ella deseaba y esperaba con él fue para otra.

4.

Ella murió. Se suicidó. Nunca volvió del túnel sin retorno. Olvidó la ilusión, perdió la fe. Dejó llevarse por el negativismo, las drogas, los pensamientos, la toxicidad, el abandono, el desasosiego...Perdió la vida. Él suele decir que terminó con ella, que no funcionó, que no quiso hacerle caso, que no quería más. Que no supo qué hacer, ni cómo proceder, ni ayudarla. Que no esperaba ese final, en esa época, en esos años, ese final. Que fue después de la ruptura, que fue algo que no esperaba. Que le sorprendió, y que aún le duele.  Que no puede dormir, que sueña con su retorno, que aún la ve viva en sus sueños y en sus pensamientos. Pero ella ya no está, y él no encuentra la paz.

3.

Lo conoció como si fuese un baile. No pensaba en el amor, ni la atracción, ni el sexo, por muy interesante que resultase. A los hombres casados no se les mira así, y más, si tienen hijos. Pero como amistad, ¿por qué no? Nació una relación. Lo que ella creía amistad, él quería añadir interés, y lo que era cortesía, era para él un motivo. Galantería masculina, dotes y tips, todo añadido, pero no era la causa para que ella pudiese una libertad en una relación forzada. Ni le interesaba tener otra en esos momentos, aunque semanas después sí se abrió primero con decepción y después rechazada por dos hombres por los que había caído. Pasaron los meses, y ese contacto seguía. Ahora separado, con aventuras sexuales y amante formal, pero en relaciones extrañas y diversas, con y sin formalidad sin rumbo definido, como muchas de la época, llegó hasta el punto de plantear esa amistad. Si bien hubo el error un año y medio de caer sexualmente, sin pena ni gloria, sin interés certero, aunque decepciona

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La belleza de una persona eclipsó al resto. Miles de hombres dejaron a sus mujeres, humillaban, comparaban y menospreciaban por esa mujer que todos deseaban, capaz de hacer cualquier cosa con tal de gustar, satisfacer y complacer. Desde pequeñita, sabía que gustaba y tenía que seguir gustando a todos, para tener y conseguir siempre lo mejor. Lo más caro, lo nuevo, lo no común, lo mejor... Aunque, con el tiempo, algunos la habían ya dejado, cuando la conocían, otros muchos seguían adorándola. Pagaban por ella, le compraban todo lo que quería, la mantenían en trabajos estables y siempre algún extra para que siguiera teniendo fama, éxito y reconocimiento. Lo conseguía todo, no tenía valores morales si actuaba a su favor y siempre miraba su propio favoritismo tanto personal, social, laboral, de estatus. Pero , aunque tuviese todo lo que quería, no consiguió ser la envidia, ni fue el modelo, ni inspiración ni belleza ni santo de devoción de muchas mujeres. Nunca tuvo verdaderas amistades po

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Está historia trata de  es una joven pareja de estudiantes que se conocen y se enamoran. Ninguno de los dos son la "persona perfecta" para el grupo de amistades que tienen, pero sí tienen aficiones, objetivos e ideas de hacerse su propio ideal, y también para la otra. Aunque físicamente no son ideales, no son desagradables, y, aunque un poco pasados de peso, se ponen en forma y se aceptan, de forma saludable. Comparten tiempo, charlas, aficiones juntos, además de seguir en la Universidad con sus carreras. Durante meses, son ideales: visten mejor, han perdido peso, se tratan como las parejas "modelos", se han refinado y cultivado y parecen haber aumentado su caché. Y, aunque aparentemente todo va bien, él deja la relación, para sorpresa de muchos.  No se sabe, al principio de la ruptura, parece que solo era un tiempo de estrés, pero se confirma al poco que las nuevas opciones femeninas interesadas por el chico "superan" el interés de él por ella, abriéndose